Te ha pasado que después de un tiempo de llevar una alimentación saludable y que aunque tu ropa te queda mucho mejor, al pesarte el número en la báscula prácticamente no se ha movido? Ante esta situación, seguramente te has sentido decepcionada, molesta e incluso has decidido volver a tus viejos hábitos en los que comías y tomabas lo que fuera.
ALTO!!! NO TE DESANIMES. Te voy a explicar lo que ha ocurrido. Primero que nada, hay que saber que el mismo volumen grasa pesa menos que el músculo, ya que tienen diferente densidad. Así pues, cuando pierdes grasa corporal, lo que vas a a notar primero es un cambio en tus medidas que después de cierta cantidad, verás reflejado también en tu peso. Lo mismo ocurre cuando tu porcentaje corporal ha aumentado, por eso mucha gente “no se da cuenta” de que está subiendo, porque aunque su ropa le quede cada vez más justa, se consuela pensando que “su peso es casi el mismo”.
Ahora, si además de llevar una alimentación saludable estás practicando algún tipo de actividad física, tus músculos estarán captando más glucógeno, lo que se traduce en mayor retención de agua, esto provoca que haya cierto incremento del peso muscular. No quiere decir que vas a quedar como Hulk (a menos que te estés ejercitando con ese objetivo), pero sí que vas a ver que tu cuerpo está cada vez más firme y tonificado.
Por lo anterior, es muy importante que sigas con tu plan de alimentación y en lugar de obsesionarte con la pérdida de peso, disfrutes el cambio en tu composición corporal (menos % de grasa y más % de músculo). No sólo te verás mejor, sino que también estarás más saludable